s. XXI: Johanna es una joven arqueóloga que desde niña ha tenido extraños sueños de crímenes cometidos en un monasterio medieval, en el que aparece un monje decapitado que profiere una enigmática frase “hay que excavar la tierra para llegar al cielo”. Cuando le encargan la búsqueda de las tumbas de los fundadores del monasterio benedictino de Saint Michel, en Normandía, encuentra la oportunidad al mismo tiempo de desvelar el significado de sus sueños.

s. XI: El monje Roman, es un joven benedictino obediente a la fe de la iglesia católica y ayudante del arquitecto para la construcción de una iglesia en la roca de Saint Michel. Herido por unos ladrones es atendido por una joven curandera de origen celta de la que se enamora perdida y platónicamente. Intenta sin éxito convertir a la fe cristiana a la bella pagana, pero este amor prohibido termina por condenar a Moira a la tortura y la hoguera, y antes de morir ruega a Roman que cambie el lugar donde van a construir la iglesia pues se trata de un lugar sagrado para los celtas. Loco de dolor y de odio por un monje venenoso Almodius, que contribuyó a la condena de su amada, Roman huye. Cuarenta años después Roman vuelve a la abadía para enfrentarse a su viejo enemigo, pero Almodius le vencerá decapitándolo con su espada. Se suceden entonces otras muertes de monjes por misteriosos ritos: fuego, agua, aire y…

Mil años después cuando Johanna y su equipo de excavación encuentran la antigua cripta celta y empiezan a ser víctimas de extraños asesinatos que parecen seguir un ritual. En la cripta Johanna encuentra la cabeza de Román. ¿El monje de sus sueños? Ahora falta encontrar el cuerpo del monje y liberarlo por fin del castigo eterno al que había sido condenado, mientras se enfrenta a un misterioso asesino que parece guardar un lazo con el pasado de la abadía.

Muertes rituales inexplicables, secretos milenarios, amores peligrosos, una historia que nos transporta a la subyugadora atmósfera medieval. Un thriller histórico con un toque esotérico espectacular y absorbente como pocos.